Rheem avanza hacia la Carbono Neutralidad
En los últimos años se intensificó su preocupación por el cuidado del medio ambiente, decisión que afirma su carácter de empresa con vocación por la responsabilidad social. Este año se posicionó como una de las pocas industrias de manufactura pesada de la Argentina que avanza hacia la carbono neutralidad con la obtención del primer sello certificado de ALPA.
Marcelo Olivera, Jefe de Calidad y Medio Ambiente de Rheem S.A, a cargo del proceso, nos explica cómo fue el cumplimiento de la primera de las tres etapas, en la transición hacia la carbono neutralidad: “En 2021 iniciamos la preparación intelectual y práctica, informándonos de cuáles eran los pasos a seguir y qué precisábamos como compañía para mitigar al máximo los gases de efecto invernadero (GEI) que generamos tanto por la actividad industrial en el proceso de fabricación de los Termotanques Rheem, como en otras áreas de la empresa. Hicimos la capacitación de personal de manera transversal y las primeras inversiones en nuevas tecnologías. Comenzamos a instrumentar todas las políticas internas pertinentes para compensar los GEI emitidos. Hemos cumplido la primera etapa con la certificación obtenida a través de la ONG que regula y mide los índices relacionados con la Huella de Carbono. A futuro lo que no se llegará a mitigar de modo directo se compensará con la inversión que hará la empresa y se traducirá en la obtención de Bonos Verdes que serán reinvertidos en la generación de bosques, lagos o energías renovables. En nuestro caso, por ejemplo, en esta primera etapa fomentamos proyectos que lleva adelante RAMCC como la contribución al Municipio de la Capital de San Luis, en un proyecto de reciclaje urbano, para el que destinamos el 40% del costo de la primera etapa que fueron destinados a la compra de triciclos para reciclaje urbano”.
Rheem trabaja con la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC) que es una de las ONG que realiza las mediciones expresadas a través del Sello ALPA Huella de Carbono, con validez internacional y que evalúa los requisitos para alcanzar la carbono neutralidad basándose en la ISO 14064, dividida en tres etapas. La primera, que es la de las mediciones, ya fue superada. La segunda, para un futuro mediato, toma en cuenta las compensaciones entre la emisión de los GEI y las medidas de mitigación y, la última, será la obtención de Bonos Verdes, a través de ellos se concretará la carbono neutralidad. “Es un proceso lento y extenso –aclara Olivera-. Llegar a la certificación que es algo muy importante para Rheem como empresa comprometida con el planeta nos llevó un año y medio. Cumplir con todos los pasos es un proyecto a largo plazo. Esta primera etapa es muy importante porque el cálculo es exacto y es validado por organizaciones de primer nivel internacional como lo son la GHC Protocol (Greenhouse Gas Protocol) y el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Pasar por estas mediciones es una tarea auditada durante un año en el que se filtra y se afina toda la información relevada”.
Cuando la pandemia sanitaria comenzó, la dirección de la empresa demostró su compromiso para iniciar este proceso que para Rheem no es una novedad. En 1998 la firma inició un sistema de gestión de los residuos peligrosos, del uso de la energía y del cuidado de todos aquellos aspectos de producción que pudieran tener un impacto ambiental para alcanzar cada año la certificación de las normas ISO 14001: “Tenemos una planta de tratamiento de efluentes –confirma Olivera- y aplicamos un sistema de economía circular. Todo el SCRAP (Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor de Residuos, cuya sigla en inglés significa “descarte”) generado por la empresa se recicla y se vende a otras industrias como materia prima. Tal es así, el caso de la chatarra generada por cortes y descarte de chapa en el proceso de fabricación son reciclados y vendidos a grandes acerías. Hacemos lo mismo con los cartones y maderas que también son vendidos. Algo similar sucede con residuos peligrosos, por ejemplo, las pinturas en polvo. Estas se utilizan en la industria del durlock. Las que no, se calcinan y se dispone de las cenizas como material inerte, lo que genera gases y tiene un costo asociado. Transformamos estos elementos contaminantes mediante la aplicación de la economía circular, que nos permite reinvertir en bienes que reducen la emisión de gases de efecto invernadero”.
El área de Medio Ambiente de Rheem para trepar al primer escalón hacia la Carbono Neutralidad debió ocuparse de cálculos tan complejos como son analizar desde el consumo de gas que tiene un auto elevador o el consumo de gas de un alto horno a la factura de electricidad que recibe la empresa mensualmente, por citar solo algunos ejemplos.
Se está trabajando en la gestión energética para disminuir la generación de GEI.
Marcelo Olivera, gestor interno de este proyecto, analiza cuáles son los focos de contaminación que debieron atacar con el máximo rigor posible: “Estamos analizando cuáles son los de focos de mayor generación de GEI sobre los que podemos actuar y los atacamos”.
Rheem no genera ningún gas ni residuo de impacto ambiental que viole la legislación vigente, ya sea a través del Municipio de San Luis o lo que dicta la Ley Nacional de Medio Ambiente, en su afán por cuidar el planeta sin desdeñar esfuerzos. La carbono neutralidad ya es un proyecto tangible, avanzado y sensible en su magnífica trayectoria vanguardista y comprometida.